miércoles, 26 de agosto de 2009

LA SOMBRA DE LA PUBLICIDAD

El apresurado universo de seducciones llama a la puerta a cualquier hora, sin pedir permiso y de manera descarada. Vivimos en un continuo y constante reclamo que perturba los sentidos al ser más sensato y así por medio de sus convocatorias, avisos, marcas, noticias... Espacios televisivos donde su impacto es lo que gobierna, medios escritos que son verdaderas cuñas publicitarias, más crónicas de publicidad que crónicas de ideas, lentamente en la oscuridad de la noche, nos consume.

Atrevidamente la publicidad se mete en las habitaciones interiores del razonamiento humano, cuando menos lo esperas, el cañón de la publicidad te dispara. A mi todo esto me malgasta, lo reconozco, y hasta me vuelve un mal educado. Lo siento. La paciencia tiene un límite. Esto de la publicidad, tiene una sombra, pues a medida que pasa el tiempo nos arrastra a una sociedad, obligada a consumir un sinfín de productos que en realidad, no necesitamos; Y dejarte seducir, acaba comiéndote media vida.

Todo vale para persuadir, eso es lo malo, aunque se consiga ganar adictos al encantamiento, a mi no me parece ético convertir al ser humano, hombre o mujer, en un mero objeto del deseo. Renuncio, con todas mis fuerzas, a esa publicidad que engorda a los seres humanos con hábitos de consumo y estilos de vida impetuosos, puesto que ha generado una conciencia equivoca y un pensamiento independiente a la persona, frente a una realidad que golpea en la mejilla cada día al despertar. Es irónico ver esa proclama que embrutece a las personas o las caricaturiza, haciendo promesas falsas en productos que se anuncian, solo con fines lucrativos, ¡jamás se puede poner de moda el engaño!, pero realmente la realidad es otra.


En ocasiones con transitar arrogante, saltándose a veces el respeto de la persona, usurpándole su autonomía, impulsando el deseo de tener y gozar, aunque para ello tenga que gastarse y desgastarse vidas humanas. ¡Qué tremendo que se compren y vendan existencias! Sin embargo, que bien estaría otra publicidad que utilizase lenguajes adecuados, que estuviese en el momento oportuno y en el sitio adecuado, atenta siempre a los valores éticos para transmitir mensajes positivos, sería una buena forma de contribuir al desarrollo humano, porque se partiría de una visión propia y auténtica. Se habría ganado el combate por la honestidad, que buena falta nos hace para disminuir vicios, perversiones, desenfrenos, deshonores... Todos ellos adjetivos de una rigidez que nos impiden ver, hoy por hoy, horizontes claros.

Las incitaciones de algunos medios de comunicación al hacer pública una noticia íntima, son tan brutales (y bestiales), que si tuviésemos una publicidad más honesta, pienso que todo quedaría en una historia imposible de contar. Considero, pues, que hay que condenar esa publicidad que nos roba el tiempo, que nos trata como bobalicones, porque su influencia nos lleva a la deriva. Y por el contrario, apruebo esa otra publicidad que ayuda a la persona humana a crecer en su conocimiento de manera liberadora y a recrearse en su hábitat de forma libertadora. Cuestión de discernimiento.

Más pronto que tarde, esto pasa factura. En cualquier caso, el mundo de la publicidad está ahí, entrometiéndose en todo, pegando fuerte porque son las alas del sistema económico actual.

En conclusión, “No todo lo que brilla es oro”

miércoles, 19 de agosto de 2009

Cali..."La Sucursal Del Cielo"

En una ciudad metrópolis como Santiago de Cali, conocida como la sucursal del cielo – la ciudad de mujeres bonitas – la capital de la salsa – donde la alegría está sin necesidad de llegar a la esquina – pero también donde hay inseguridad en casi todos los barrios – a donde más llegan desplazados en el país – un lugar donde también existe el desempleo… nos dimos a la tarea de examinar sus raíces e ir avanzando hacia el futuro, es decir, el hoy de Cali, atravesando desde la colina de San Antonio (la carrera 4ª), hasta llagar a la plaza de Caicedo.



Si miramos a Cali desde éste atractivo turístico que no todos los caleños conocen, vemos una ciudad marcada por el progreso, por la modernidad pero también por la distinción de clases sociales y económicas. Al extender nuestra mirada a lo lejos, vemos el norte de la capital del departamento del Valle del Cauca – imponente, con algo de seriedad en sus construcciones lo que le permite posicionarse en la ciudad y ser bastante admirado por algunos y aunque no nos recuerda al Cali viejo denota que sus estructuras datan de años atrás; el sur de ésta sin igual ciudad es cada vez más nuevo, hacia el sur se confía el desarrollo, pues cada vez estamos, gracias al sur y a sus nuevos planes de vivienda, más cerca de Jamundì. El sur cuenta con el basuro de navarro que desde San Antonio parece otra colina turística en Cali pero a donde nadie va por lo lejos. Aun más lejos está el distrito de agua blanca, más de la mitad de Cali vive en éste sector, es el oriente, donde se dice que se eligen al alcalde de Cali y al gobernador del Valle pues político que quiera ganar en unas elecciones sabe que es en el Distrito donde consigue los votos (el Distrito de Aguablanca en algunos años puede estar llegando a Candelaria, ya va por el Rio Cauca). Del Oeste no hay mucho para decir, sigue siendo sólo y tan reservado que a veces ni se nota pues a Siloe lo tienen controlado y los monumentos y lugares culturales de la ciudad sólo son eso, a donde sólo los turistas llegan, viéndolo bien, el oeste a todos nos queda lejos.



Pero si miramos más abajo desde la simbólica capilla de san antonio encontramos un pequeño pedazo lo que era nuestra Cali hace muchos años: casi un pueblo, de calles limpias y bonitas, se siente una paz bastante extraña en las calles de éste barrio (de esas que uno ya no siente al caminar), las señoras barriendo las calles desde temprano, sus casas parecen dibujadas y en casi todas se conserva la imagen de algún santo; así era ésta metrópolis hace mucho, cuando ni siquiera se sabía qué era inseguridad y violencia.

Tenemos un choque frontal cuando se llega a la calle 5ª. No parece estar en la misma ciudad del barrio San Antonio pero sí, sigue siendo Cali, sólo que ahora estamos en la calle 5ª porque “si por la 5ª vas pasando es mi Cali bella que estás atravesando” – lo que la canción del grupo Niche no menciona entre otras cosas es su congestión vehicular, algunas paredes llenas de grafitis, indigentes y el humo tan mareador de los buses urbanos – èsto nos hace entrar prácticamente a otra atmosfera de la ciudad.




Avanzando hacia la conocida plaza caicedo ya comienzan a aparecer los carros lujosos, no alcanzamos a reconocer los dueños porque casi todos los que pasan tienen vidrios polarizados; el caleño tiene la imagen de que al centro hay que ir con la “pinta” más sencilla ya que roban mucho y sólo se va a hacer diligencias caseras como comprar ropa , zapatos y a conseguir lo que no se pudo por el barrio; pero lo q
No cambia mucho el panorama atravesando la carrera 4ª, aunque iniciando esta carrera desde la calle 5ª se respira tranquilidad, pero poco a poco se empieza a sentir que la tranquilidad no es eterna… aparecen los indigentes en la calle con tarros de solución en la mano y empiezan a verse cada vez más y más los vendedores ambulantes, personas que se ven sencillas, que se les nota en su rostro que en la vida no les ha tocado nada fácil y que si venden en las calles no es por gusto.
ue sucede es que Cali está avanzando y según lo que muestran los grandes edificios que tiene su centro, este sector ya es un pequeño “Down Town” en donde se quieren concentrar como las grandes ciudades del mundo el movimiento del dinero plástico y efectivo.
Mientras más caminamos por la 4ª para llegar a la plaza se respira no un mal olor sino un ambiente cada vez más denso, a “vulgo” como se dice: a pueblo. Huele a estrés, al “agite” de una mañana en cualquier ciudad en un sector donde transite mucha gente. Hasta gente perdida de otros municipios que preguntan cómo llegar a un lugar que para ellos es cerca pero que uno que conoce sabe que le falta mucho por caminar y más sino queda dentro del mismo centro.

Llegar a la Plaza de Caicedo nos obliga a mirar para arriba, más allá de nuestras cejas, esas grandes palmeras si pudieran hablar nos contarían historias que han trascendido de generación en generación. Está rodeada por una iglesia muy distinguida, por edificios, por locales con negocios, bancos, sólo le falta la alcaldía para que quede aún más parecida a cualquier parque principal de cualquier pueblo de Colombia. En esta plaza siempre hay personas de la tercera edad reposando, fumando, contándose anécdotas, viendo pasar la vida, al menos ésta costumbre no se pierde en nuestra Cali.

Conocer ésta ciudad no es tan difícil. Si quieres dar un brinco a través del tiempo y el espacio nuestra recomendación es que ya sea caminando, en automóvil, en bus urbano, en el incompleto M.I.O. o hasta por Internet, “Cali es Cali, lo demás es loma”.
Bien es cierto: todos tenemos una historia que contar y más cuando se trata de ésta hermosura de metrópolis que tantas alegrías y dolores de cabeza le da a éste país por más que pasen los años y llegue el futuro pero no exista nada nuevo debajo del sol... ASI ES CALI.



Publicado Por:

Juan Esteban Gonzalez S.
Alexandra Larrahondo
Vanessa Botero Saenz
Estefania Meneses

miércoles, 5 de agosto de 2009

Toda realidad se manifiesta por medio de un "lenguaje"

Sin lugar a dudas, para poder hablar del pensamiento filosófico del publicista y el comunicador social en el aquí y el ahora, es preciso notar las raíces y culturas de quienes desempeñaron el papel más importante (los pueblos precolombinos) en el proceso de la comunicación y manifiesto de una realidad a través de un lenguaje. Dando a conocer la recuperación y valoración del pensamiento indígena, éste se basaba, casi en su totalidad, en lenguaje poético-mítico, donde lo sublime era el poder natural de todo lo que los rodeaba: El agua, el aire, la tierra, el fuego y el sol. Eran elementos esenciales que dominaban y regian el sentido de vida de nuestros antepasados.

Se puede decir que en dichas culturas se aspiraba un pensamiento en donde todo está sometido al cambio; Las cosas no permanecen de la misma manera.

Esta idea o pensamiento filosófico de la antropología aborigen, donde tienden a un desarrollo personal y un desarrollo socio-cultural, nos da entendimiento del nivel de razonamiento de dicha cultura.

Podríamos decir que nuestros pueblos precolombinos, a pesar de que tienen una manera particular de discernir y comprender el entorno, no tenían la misma capacidad de razonar o reflexionar con la lógica de un pensador o un filósofo de nuestra época. De modo tal que canta, baila, pinta, dibuja, vive sus mitos y a través de su canto y su baile, se expresa, trasciende el mundo real y se sumerge en su propia realidad idéica.

Nuestros pueblos precolombinos son autónomos, independientes, no renuncian a lo propio, a lo singular, a lo que los identifica, a lo que les pertenece. Tienen un pensamiento libre de auto-crecimiento, basado en un discernimiento empírico de costumbres. Para ellos es la vivencia de la cotidianidad lo que en realidad fundamenta todo, lo que le da sentido a su realidad, a su forma de comunicarse, al modo de enunciar lo vivido en su contexto.

Podemos concluir que la comunicación del aquí y el ahora, es el reflejo inalterable de nuestras culturas precolombinas, es el momento, el tiempo, el instante vivido. Tradiciones que directa o indirectamente nos marcan, nos guían y sin lugar a dudas nos identifican, nos enriquecen culturalmente y nos obligan a llevarlo impregnado en nuestro diario vivir.



Tanto el comunicador social como el publicista, tienen la tarea de transmitir y expresar ideas fundametadas en una ética profesional y cultural, que acompañen a la sociedad en un proceso de formación ciudadana y desarrollo colectivo, en donde la interacción de los medios sea el reflejo de la sociedad.